Giannis va muy en serio; Lidera triunfo de Bucks contra y Clippers

Por Carmelo Soriano

En Milwaukee se daban cita dos equipos con muchas cosas en común.
Uno, de mercado pequeño y que defendía su propio feudo, venía dos dos temporadas con un amargo final, especialmente la pasada, cuando se despidieron antes de tiempo del sueño del anillo después de tener, por segundo año consecutivo, el mejor récord de la NBA.
El otro, de mercado grande pero una historia radicalmente opuesta a la ciudad en la que residen y en la que siempre han estado a la sombra de una franquicia, ese hermano mayor, que proyecta una inmensa luz, se había dado de bruces de manera tan inopinada como merecida cuando ya estaban rozando el enfrentamiento contra los Lakers, ese que parecía estar predestinado pero que finalmente no se dio, por obra gracia de las culpas compartidas de plantilla, banquillo y despachos y el pundonor de un rival que aguantó hasta el final y supo triunfar donde su rival fracasó.
Ambos equipos, Bucks y Clippers, cayeron además en ronda idéntica de los playoffs hace unos meses: las semifinales de Conferencia.
Los primeros, en el Este, con un inapelable 4-1 ante los Heat, a los que le vino muy bien la ausencia de falta de campo y el propio desarrollo de una campaña más extraña que nunca y se colaron en las Finales.
Los segundos, en el Oeste, ante los Nuggets, dejándose remontar un 3-1 cuando todo el mundo daba por hecho que el consabido enfrentamiento ya mencionado iba a tener lugar.
Como cualquier gran franquicia dentro del deporte profesional, el objetivo era claro para los próximos meses: mejorar, corregir errores, templar ánimos, gestionar egos y, en definitiva, ser mejores al final, en ese momento de la temporada en el que nadie puede fallar y solo gana el que más se acerca a esa frase, que casi podríamos considerar un mantra.
Milwaukee se ha dedicado a tener más de un plan, esa crítica poco constructiva que todo el mundo ha hecho a un equipo que juegan de manera unidimensional y que no varía el plan en unos playoffs en los que (casi) todos cambian cosas menos ellos.
Mike Budenholzer, que sigue en su puesto por connivencia directa de Giannis Antetokounmpo, se está olvidando de las temporadas regulares dominantes del pasado más reciente y se dedica a probar cosas nuevas, intentar encontrar soluciones más allá de un Giannis que ha reducido su porcentaje de uso y ha aumentado su número de pases, rodear a la estrella con tiradores acertados desde las esquinas y defender mucho y muy bien, ya sea con cinco pequeños o con otras variantes que permiten jugadores de la calidad de Jrue Holiday.
Los Clippers, más de lo mismo: han abandonado el controvertido y a la vez ambiguo load managment, han involucrado a sus estrellas, y tienen, en Tyronn Lue, una figura casi paterna con la que se han reducido egos y se ha encontrado una compenetración entre Kawhi y Paul George, entre Kawhi y el resto de la plantilla, entre Paul George y el resto de sus compañeros y entre la pareja de estrellas con todos los demás.
También, ambos aleros son más efectivos en sus lanzamientos y han mejorado mucho en la distribución en ausencia de un base de un perfil pasador que sigue sin llegar y que nadie sabe si+ conseguirán de aquí a final de temporada.
Marcus Morris está activo, Lou Williams ha pasado de promediar menos de 10 puntos por partido en enero a 17 en febrero, Nicolás Batum muestra una actitud extrañamente buena y todo funciona como un ente capaz de romper la racha de los Jazz y de tener una dinámica ascendente contraria, por cierto, a la de los Lakers, en el dique seco y asolados por las lesiones tras un inicio inmejorable que ha tornado en un momento lleno de dudas.

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