Escribo estas líneas desde Paraguay, país que visito para una serie de entrevistas y actividades. Entonces, eso significa que he regresado a América del Sur casi por primera vez en un año.
Ha sido extremadamente raro volver a los aeropuertos, aún semivacíos y envueltos en una vorágine de seguridad sanitaria, como no podía ser de otro modo.
El mundo que conocemos ha cambiado, se ha atemperado a las nuevas circunstancias. Ya aparecen los primeros “brotes verdes” tras los datos de la vacunación internacional.
El optimismo se recupera progresivamente, porque todos, absolutamente todos, deseamos viajar. Ya sea para reencontrarnos con familiares y amigos, o simplemente para hacer turismo. Si es de consciencia, mejor.
En Europa, las aerolíneas y grupos turísticos han visto dispararse las reservaciones para verano por encima del 300%. También las bolsas de valores empiezan a recuperarse del duro golpe, y predicen —incertidumbre y precaución incluidas— una tenue luz al final del túnel.
En América Latina, México se prepara para la recuperación. A pesar de la crisis, fue el país más visitado de todo el continente en 2020, según datos de la Organización Mundial del Turismo. La compañía American Airlines, que une a Estados Unidos con el resto de la región, ha anunciado planes superiores a los de 2019, el año previo a la pandemia.