Tras 26 días de guerra entre Israel y el grupo yihadista Hamas, Egipto abrió por primera vez este miércoles su puerta a la Franja de Gazapara permitir la salida tanto de extranjeros o palestinos con doble nacionalidad como de heridos graves.
Mientras aumenta el número de camiones con agua, medicamentos y alimentos destinados al sur del enclave palestino, en el norte se intensifican los choques armados y los ataques.
Tras sufrir 16 bajas en su ofensiva terrestre, las fuerzas israelíes han llegado a la ciudad de Gaza, el gran feudo -especialmente subterráneo- del brazo armado de Hamas.
La apertura de Rafah dio algo más que esperanzas a casi un centenar de heridos graves y unos 335 ciudadanos con doble nacionalidad y extranjeros (entre ellos el anestesista español de Médicos Sin Fronteras, Raúl Incertis) que aguardaban la luz verde de El Cairo para abandonar una franja que sufre sus peores semanas en décadas.
La salida a Egipto, que se repetirá este jueves, ha sido posible sobre todo gracias a la mediación de Qatar, sede del liderazgo de Hamas, y Estados Unidos, el principal aliado de Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibe algunas críticas en su país por haber cedido a la exigencia del presidente Joe Biden -que por otro lado no podía rechazar si pretende mantener su enorme apoyo- de permitir la entrada de ayuda humanitaria al ente controlado por Hamas teniendo en cuenta que civiles también sufrieron la masacre del pasado 7 de octubre y que la Cruz Roja Internacional aún no visitó a los más de 200 secuestrados, entre ellos decenas de niños, mujeres y ancianos.