AERODOM y fallos en AILA: una vergüenza para imagen RD/Art. de Melvinson Almanzar

Por Carmelo Soriano

Santo Domingo, RD.- Recientemente, el presidente de la República Dominicana se mostró feliz por la renegociación de contrato a 30 años con AERODOM, lo que según su propia voz representa un beneficio para la República Dominicana de entre 1,905 y 2,155 millones de dólares.

El pago inicial al de esa extensión contractual serían 775 millones de dólares por derecho a operación, por el plazo extendido de la concesión; una inversión de 830 millones de dólares para mejoras en los 6 aeropuertos concesionados, incluido el Aeropuerto Internacional de Las Américas – José Francisco Peña Gómez y otros aportes variables estimados entre 300 y 550 millones de dólares.

De las sumas mencionadas más arriba, cabe destacar que el Estado aún no muestra ningún resultado parcial y mucho menos total, a cerca de seis meses del inicio de la negociación. También toca destacar que solo se pone la mirada en el AILA por ser el aeropuerto más simbólico que administra AERODOM, pero son ínfimos los resultados de impacto en cuanto a los otros cinco aeropuertos que administra la Empresa Aeropuertos del Siglo XXI.

Enfoque en el caso AILA

El Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) en República Dominicana, conocido como una de las principales puertas de entrada y salida del país, ha sido objeto de críticas continuas debido a su notoria ineficiencia. Este problema, en gran medida, se atribuye a la gestión de la empresa concesionaria, Aerodom, que ha dejado mucho que desear en términos de calidad de servicio y mantenimiento de las instalaciones.

En los últimos años, los usuarios del AILA han sido testigos de una serie de fallos preocupantes que van desde retrasos prolongados en vuelos hasta deficiencias en la infraestructura básica del aeropuerto. Uno de los problemas más recurrentes es la falta de mantenimiento adecuado en áreas críticas como las pistas de aterrizaje y los sistemas de iluminación, lo que ha resultado en situaciones de riesgo para la seguridad de los pasajeros y las aeronaves.

Además, la falta de inversión en tecnología y recursos humanos ha contribuido a la congestión en los procesos de seguridad y migración, generando largas filas y retrasos innecesarios. Esta situación no solo afecta la experiencia de los viajeros, sino que también pone en entredicho la capacidad del aeropuerto para operar de manera eficiente en un entorno cada vez más competitivo.

Es indignante ver cómo una de las principales puertas de entrada al país opera con tal nivel de ineficiencia y falta de profesionalismo. Los recientes incidentes, como el desprendimiento en la pista 17-35 que resultó en el cierre de operaciones y afectó a nueve vuelos, son solo una muestra más de la negligencia de Aerodom y la falta de atención a la seguridad y comodidad de los pasajeros.

La situación se agrava aún más si consideramos el impacto económico negativo que tiene la ineficiencia del AILA en el turismo y el comercio del país. La mala reputación del aeropuerto como punto de conexión y tránsito puede disuadir a potenciales visitantes e inversores, afectando así el desarrollo económico y la imagen internacional de República Dominicana.

Es urgente que las autoridades tomen medidas firmes para exigir a Aerodom un cambio real en su enfoque de gestión. Esto incluye la implementación de planes de acción concretos para mejorar la infraestructura, los procesos operativos y la calidad del servicio al cliente.

Asimismo, se requiere una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de la empresa concesionaria, así como una mayor participación de la sociedad civil en el monitoreo y evaluación de su desempeño.

Solo a través de un esfuerzo conjunto entre Aerodom, la supervisión del gobierno y el seguimiento de la sociedad en su conjunto, será posible transformar el AILA en un aeropuerto de clase mundial que esté a la altura de las necesidades y expectativas de todos los que lo utilizan.

Durante años, y este gobierno ha sido el que más, la política de comunicación estatal ha valorado el ingreso por las remesas, la principalía de RD en el turismo de la región y ahora del mundo, además de muchas promesas a la diáspora. Sin embargo, el pais del turismo, las remesas y el amor a su diáspora, tiene un aeropuerto que da vergüenza y una empresa que lo administra de forma vergonzante y sin dar la cara.

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