Abengoa ha confirmado este viernes que ha recibido una oferta no vinculante para comprar la filial operativa del grupo, Abenewco, por parte de la plataforma AbengoaShares, junto a la familia mexicana Amodio, primer accionista de OHL, y la energética hongkonesa EPI.
En un comunicado a la CNMV, Abengoa señala que ha acordado dar instrucciones para su remisión a los acreedores financieros, al tiempo que que indica que la empresa la analizará.
La propuesta, que compite con la planteada por la propia compañía en la que participaría el fondo californiano TerraMar con la aportación de 200 millones, que le permitiría controlar el 70% de Abenewco, está planteada en dos fases.
En la primera fase los nuevos inversores aportarían 35 millones de euros en préstamos garantizados y 15 millones de euros en bonos opcionalmente convertibles. El 50% de esos bonos serían cubiertos por la sindicatura de accionistas, liderada por Clemente Fernández, expresidente de Amper.
La segunda fase, una vez se haya confirmado la aprobación y acuerdo para la aportación de los 249 millones solicitados a la SEPI, más las ayudas en avales y garantías por parte del ICO y Cesce, los socios completarían la aportación con 100 millones de euros en préstamos y 50 millones en capital para ejecutar la ampliación de capital que otorgaría el 70% de las acciones de Abenewco 1 a los tres accionistas.
Así, los actuales accionistas de Abengoa pasarán a controlar un 35% de Abenewco, en lugar del 2,7% que se planteó en el plan firmado el 6 de agosto y al que se han opuesto de manera reiterada desde AbengoaShares.
A cambio, inyectarían 25 millones en la ampliación de capital y 7,5 millones a través del bono convertible. El otro 35% sería para los Amodio y EPI Ultramar Energy, que aportarían la misma cantidad de capital.
En conclusión, la oferta supondría la inyección en Abenewco 1 de 135 millones de euros en préstamos y 65 millones en acciones y en bonos convertibles.
Abengoa SA solicitó el 22 de febrero el concurso de la matriz, que, si se extendiera a todo el grupo, supondría el segundo mayor concurso de acreedores español, con un pasivo de 6.000 millones, por detrás de los 7.200 millones de Martinsa Fadesa en 2007.