Una reforma constitucional de garantías y relevo de liderazgo

Por Carmelo Soriano

Santo Domingo, RD.- El blindaje constitucional que el presidente Abinader propone alrededor de regla de reelección presidencial colocará a la democracia dominicana en una perspectiva de renovación permanente de su liderazgo político, fomentará la cultura de la alternabilidad y contribuirá a fortalecer la identidad constitucional dominicana.

En unos años, cuando los dominicanos analicemos la reforma constitucional que, al parecer, está a la vuelta de la esquina, nos vamos a convencer de que, como sociedad, habremos dado un paso trascendente, un “salto dialéctico”, en el fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática.

Contra lo que parece ser una corriente o tendencia política a nivel internacional, el presidente Luis Abinader ha prometido y reiterado que no volverá a presentarse como candidato al cargo que ostenta. O sea, que no utilizará su aplastante victoria electoral y el control absoluto del Congreso por parte de su partido, para propiciar una prolongación de su mandato, a través de una segunda repostulación.

Avis rara en tiempos en que muchos gobernantes – a veces de manera antidemocrática- modifican y hasta desconocen las reglas de elección presidencial, ya para reelegirse desde el poder, ya para imponer su repostulación indefinida, montados (casi siempre) en proyectos populistas o en propuestas iliberales.

Pero en adición a lo anterior, y esto es lo más relevante: el presidente Abinader se ha propuesto que esa extraordinaria mayoría congresual -obtenida por su partido en las elecciones de mayo pasado- sirva para poner uno o varios “candados” a la Constitución, para de ese modo tornar mucho más difícil la posibilidad de que, con una mayoría como la que actualmente establece la Constitución, se cambie nuevamente la regla de elección presidencial, como tan reiteradamente ha acontecido en nuestra historia.

Una de las “promesas incumplidas” (Bobbio) de la democracia dominicana -pudiera decirse que de su clase política- es la sepultar para siempre la instrumentalización de la Constitución para fines continuistas, que ha truncado el desarrollo de nuevos líderes, frustrando a generaciones de dominicanos, lo cual se refleja en preocupantes niveles de desafecto democrático.

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