La lucha de Sandra Escobar para sacar adelante el negocio familiar

Por Carmelo Soriano

Sandra Escobar cuenta a Jordi Évole cómo tuvo que hacerse cargo con la tienda de trofeos de su familia tras enfermar su padre: «Yo quería ser profesora, pero trabajaba con mi padre y de golpe y porrazo mi padre se puso malo y, claro, no podíamos dejar la tienda, era el único sustento que teníamos familiar». «Del día a la noche a mi padre le dio un ictus, nos dijeron que era por el estrés del trabajo», recuerda la joven.
Desde entonces ha sido la encargada de la tienda, algo que ha llevado con tanta responsabilidad para no decepcionar a sus padre que, confiesa, ha tenido que pedir ayuda médica: «A mí esto me costó. Tuve que ir al psicólogo y todo por todo este tema, porque yo lo pasaba muy mal al principio y me daban como crisis de ansiedad porque me sobrepasaba». «Me daba miedo el pensar si tenía que cerrar un día, yo pensaba, ‘voy a matar a mi padre de un disgusto, ¿cómo le voy a hacer eso?'», destaca Sandra Escobar, que reflexiona sobre ello en el vídeo principal de esta noticia: «¿Para qué quiero yo estar aquí diez horas pasándolo mal, ‘tener dinero’? Y no poder vivir, tío».
«Valiente también es saber renunciar a tiempo»
Sandra Escobar se ha visto obligada a cerrar el negocio familiar por la crisis del coronavirus. Ahora trabaja como rastreadora COVID.
Dejar de ser autónoma, afirma, le ha quitado muchas preocupaciones.

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